Ciertamente,
apenas morirá alguno por un justo; con
todo, pudiera ser que
Alguno
osara morir por el bueno. Mas Dios muestra su amor para con nosotros,
En
que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
Romanos
5:7-8
Porque
de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito,
Para
que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Juan
3:16
En
quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados
Según
las riquezas de su gracia,
Efesios
1:7
La medida del amor de Dios por nosotros se
muestra en dos cosas. Una es el grado de su sacrificio en salvarnos de la
penalidad de nuestro pecado. La otra es el grado de falta de mérito que teníamos
cuando él nos salvó.
Podemos oír la medida de su sacrificio en
las palabras: «Dio a su Hijo único» Juan 3:16, DHH). También oímos esto en la
palabra Cristo. Este es un nombre basado en el título griego Christos, o «El Ungido»,
o «Mesías». Es un término de gran dignidad. El Mesías iba a ser el Rey de
Israel. Él conquistaría a los romanos y traería paz y seguridad a Israel. Así que
la persona a quien Dios envió para salvar a los pecadores fue su propio divino
Hijo, su Hijo único, el Ungido Rey de Israel. .. y en efecto el rey del mundo
(Isaías 9:6-7).
Cuando agregamos a estas consideraciones la
horrible muerte por crucifixión que Cristo. Soportó, se hace claro que el
sacrificio del Padre y del Hijo fue indescriptiblemente grande, aun infinito,
cuando se considera la distancia entre lo divino y lo humano. Pero Dios escogió
hacer este sacrificio para salvarnos.
La medida de su amor por nosotros aumenta
aún más cuando consideramos nuestra falta de méritos. «Tal vez haya quien se
atreva a morir por una persona buena. Pero Dios demuestra su amor por nosotros
en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros»
(Romanos 5:7-8). Merecemos el castigo divino, no el sacrificio divino.
He oído decir: «Dios no murió por las
ranas. Así que estaba respondiendo a nuestro valor como humanos». Esto altera
el significado de la gracia. Nosotros somos peores que las ranas. Las ranas no han
pecado. No se han rebelado ni han tratado a Dios con desprecio ni han sido
inconsecuentes en sus vidas. Dios no tuvo que morir por las ranas. No son lo
suficiente malas. Nosotros sí lo somos. Nuestra deuda es tan grande que solo un
sacrificio divino podría pagarla.
Hay solo una explicación para el sacrificio
de Dios por nosotros. No somos nosotros. Son «las riquezas de su gracia»
(Efesios 1:7). Es todo gratis. No responde a nuestro mérito. Es el desborde de
su infinito mérito. De hecho, esto es lo que el divino amor es al fin y al cabo:
una pasión por cautivar a pecadores que no lo merecían a gran costo, con algo
que los hará supremamente felices para siempre: su infinita belleza.
Fuente: La Pasión de Jesucristo (John Piper)
Encuentra el mensaje Anterior en el siguiente enlace: Para Lograr su Propia Resurreccion de entre los Muertos
PUBLICADO POR: FRANCISCO PORTILLO
Soy una persona dependiente de la gracia y la fortaleza de Dios desde que reconocí que sin él no soy absolutamente nada, Jesús se ha convertido en mi caminar y en el centro de toda mi existencia, todo se lo debo a él.Si has encontrado útil este artículo puedes compartirlo desde tu blog, página Web o foro.
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