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    El Progreso del peregrino Es considerada una de las obras clásicas literarias, habiendo sido traducida a más de cien idiomas. Consta de dos partes la primera fue publicada en 1678 y expandida en 1679, y la segunda fue publicada en 1684. El protagonista se llama Cristiano, y la mayoría de los personajes son llamados por su característica más evidente. Relata el viaje de Cristiano por su vida, buscando la salvación. [...]

  • ¿Tu Arrepentimiento es Verdadero?

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miércoles, 31 de diciembre de 2014

¿ Mis propositos de anio nuevo?

Posted by Francisco On 13:56 No comments
Sal 20:4 Te dé conforme al deseo de tu corazón, y cumpla todo tu consejo. (Reina-Valera 60)

Sal 20:4 Que te conceda Dios lo que tu corazón desea; que haga que se cumplan todos tus planes.(BAD, La Biblia al Día)

Un año más…Ha iniciado un nuevo año y las personas se plantean metas y objetivos. Decidirse a reducir tallas, a vivir más sanamente, a dejar hábitos dañinos, todo es parte del ritual de plantearse “buenos propósitos de año nuevo”. Le invito a que revisemos esta práctica.

La RAE define “propósito” como:
1.- El ánimo , la intención (el deseo, el anhelo) de hacer o de no hacer algo .
2.- Cosa que se pretende (se desea) conseguir.

Cualquier persona puede plantearse propósitos, intenciones y deseos, intentar conseguir metas y planes, todo lo cual es válido. La pregunta es: ¿nuestros deseos, planes y propósitos están de acuerdo con la voluntad de Dios? ¿Cuál es el origen de mis metas y objetivos? ¿Provienen de mi carne, de mi ego, de mi Yo? ¿Vendrán de mi ambición, de mi codicia o de mis deseos puramente terrenales? ¡Todo creyente debería responder a esas preguntas a la luz de la Palabra de Dios!

Tal vez el mayor cuidado que deberíamos tener respecto a nuestros deseos, consista en evitar que éstos sean motivados por la CODICIA. ¿Qué es la codicia? Es desear con ansia, con vehemencia, obtener riquezas o cualquier tipo de posesiones materiales. Al respecto, la Biblia nos advierte:

Exo 20:17 No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.


No se cansa el ojo de ver…Desear de forma desmedida, vehementemente o con lujuria alguna cosa o incluso alguna persona es, sin duda, un mal deseo.

Incluso ocurre que las personas violentan las leyes terrenales y la Palabra de Dios con tal de alcanzar sus metas y cumplir sus deseos.

La Biblia insiste:

Pro 6:25 No codicies su hermosura en tu corazón, ni ella te prenda con sus ojos.

Evidentemente es normal que un hombre desee casarse con una mujer que le gusta, que le parece hermosa; pero dejarse llevar por el deseo sexual que provoca la hermosura, es un gran error.

Pro 31:30 Engañoso es el encanto y pasajera la belleza.
Otro deseo natural y de buen nombre es poseer una casa dónde vivir. Pero la Palabra marca claros límites al respecto:

Miq 2:2 Codician campos, y se apropian de ellos; casas, y de ellas se adueñan.

Codiciar una propiedad, desearla desmedidamente, puede ser piedra de tropiezo en nuestra vida espiritual. Un deseo de semejante naturaleza nos empuja con fuerza hacia el pecado.

Hab 2:9 ¡Ay del que codicia injusta ganancia para su casa!

Es igualmente normal desear cosas para acondicionar la casa, pero éstas deben ser ganadas de forma honesta. El afán desmedido y la codicia nos conducen a tratar de obtener las cosas de manera fraudulenta, aceptando cohecho, robando o hasta endeudándonos fuera de las posibilidades reales de pago. Las cosas en sí mismas, según se ve, no son malas. Incluso ni siquiera es malo desearlas, pero es terrible darle lugar a la codicia, al afán por obtenerlas.

Huid de la fornicación…Incluso la codicia que no ha producido aún su fruto de maldad es ya un pecado:

Mat 5:28 Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.

Dios nos dio impulsos sexuales, pero es contra Dios usarlos fuera del marco del matrimonio. La codicia sexual puede, fácilmente, hacernos perder el control. Entonces somos nosotros quienes vivimos bajo el control de tales impulsos. Hombres como David o Sansón pagaron un alto precio por dejarse dominar por sus deseos sexuales.

Y finalmente, en la cima de las aspiraciones terrenales, el dinero, que ciertamente sirve para todo pero que puede despertar la codicia:

1Ti 6:10 Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.

El amor al dinero se considera un deseo insano que nos puede desviar de los caminos de Dios y que al final nos llena de dolor y de amargura. ¡Cuántos cristianos, cuántos ministros, cuántos cantantes cristianos se han dejado seducir por el dinero y prostituyen los dones y los talentos que Dios les dio! ¡El dolor y la amargura, un día, harán presa de ellos!, pues está escrito: “su pecado los alcanzará”.
La naturaleza humana desea lo terrenal y lo carnal.

San Pablo nos instruye:

Rom 13:14 … vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne.

Es decir:

1Pe 1:14 como hijos obedientes, no os conforméis (no se amolden) a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia.

1Pe 2:11 Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma.

La versión PDT (Palabra de Dios para Todos) de este texto dice:

1Pe 2:11 Queridos hermanos, ustedes son como extranjeros y forasteros en esta sociedad. Por eso les ruego que luchen para no complacer aquellos deseos humanos que van en contra de su nueva vida.

El apóstol Juan lo dice de esta manera en la versión PDT:


1Jn 2:15-17. No sigan amando al mundo ni a lo que hay en él. Si alguno ama al mundo es porque no tiene el amor del Padre. Esto es lo malo del mundo:
desear cosas sólo por complacer nuestras malas pasiones; dejarnos atraer por lo malo que vemos y sentirnos orgullosos de las cosas que tenemos. Pero nada de eso viene del Padre, sino del mundo. El mundo está llegando a su fin junto con los deseos que hay en él; pero el que hace lo que Dios quiere, vive para siempre.


Nuestro corazón nos puede engañar haciéndonos desear impuramente cosas que no son malas en sí mismas. En otras palabras, se pueden desear cosas de buen nombre y de noble estima pero con motivaciones equivocadas como la satisfacción del ego, la carne y el orgullo. Por poner un ejemplo, un pastor puede desear tener una iglesia grande, lo cual en sí mismo no es malo, pero si este deseo tiene como objetivo satisfacer su ambición, obtener reconocimiento, ensanchar su orgullo, adquirir prestigio y fama, su visión es pecaminosa delante de Dios.

La tentación del aplauso…Un ejemplo de ello es el llamado G12, organización que motivó –sedujo- a muchos líderes a enfrascarse en la búsqueda de un crecimiento explosivo que sólo les condujo a la ruina, producto de la mente carnal de un solo hombre. Lo mismo sucede cuando un líder ama más “la visión que Dios le dio” o “su” ministerio que al Señor mismo. Tristemente no son pocos los que tratan a toda costa de que su trabajo entre los cristianos sea próspero y exitoso para su gloria personal, “convenientemente” disfrazada de trabajo “para la gloria de Dios”.

Otro ejemplo es el del falso evangelio de la prosperidad, que ha despertado deseos malsanos y lujuriosos en la vida de muchos creyentes que llegan a afirmar, incluso, que Cristo murió en la cruz para prosperarles en todo, para hacerles ricos, para procurarles comodidades. Incluso citan repetidamente esta palabra:

3Jn 1:2 Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.

Revisar esta misma enseñanza en diferentes versiones de la Biblia deja muy claro su verdadero significado, claramente lejano a la mera prosperidad financiera:

3Jn 1:2
(BAD) Querido hermano, oro para que te vaya bien en todos tus asuntos y goces de buena salud, así como prosperas espiritualmente.


(BLS) Amado hermano, le ruego a Dios que te encuentres muy bien, y también le pido que te vaya bien en todo lo que hagas, y que tengas buena salud.

(BJ) Pido, querido, en mis oraciones que vayas bien en todo como va bien tu alma y que goces de salud.

(Versión Jünemann) Amado, en todo oro que avances y bien estés, tal como avanza tu alma.

(LBLA) Amado, ruego que seas prosperado en todo así como prospera tu alma, y que tengas buena salud.

(NVI) Querido hermano, oro para que te vaya bien en todos tus asuntos y goces de buena salud, así como prosperas espiritualmente.

(PDT) Querido hermano: le pido a Dios que te vaya bien en todo y que tengas buena salud física, así como la tienes espiritualmente.


¿Cómo tener propósitos que agraden a Dios?


Sal 37:4 Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón.

Este es otro de los versículos favoritos de los profetas de la prosperidad. Es conveniente analizarlo ahora para que entendamos de una vez qué nos dice el Señor mediante estas palabras. Evidentemente no se habla aquí de los congregantes que el domingo, mientras cantan en la congregación, se gozan con la música que escuchan; interpretación sumamente extendida y claramente errónea.

Maleable…El vocablo ¨deléitate¨ se traduce del hebreo anág que significa ser maleable. La maleabilidad es la característica que metales como el oro tienen de ser transformados, amoldados y trabajados sin que se rompan, gracias a lo cual el artesano les puede dar la forma que desea.

Aplicado este concepto a la vida cristiana, quien se deleita en el Señor es maleable, dócil, suave, fácil de moldear, no se resiste a la formación y no se rompe, no se cuartea ni se desdibuja mientras Dios trabaja con él para formarlo a la imagen de Cristo Jesús.

Sal 138:8 Jehová cumplirá su propósito en mí.


Que quede claro: Dios va a cumplir Sus deseos, Sus planes y Sus propósitos en mí. Te preguntarás: ¿y mis planes, Señor? Yo diría que si no son los planes de Dios… ¡deberías irte despidiendo de ellos!

San Pablo lo dice así :

Rom 8:28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.

En resumen, un verdadero discípulo se deja moldear por el Señor –se deleita- para que Él cumpla sus propósitos, sus deseos y sus planes. Es entonces cuando Dios nos forma a su imagen y nuestro corazón se funde con el suyo, se vuelve uno con Él… así que nuestros deseos ahora son los suyos. ¡Estos son los deseos de nuestro corazón que Dios prometió concedernos: los Suyos, pues moldeados por Él ya no hay lugar para nuestros propios intereses! ¡Gloria a Dios!

¿Decepcionado? Piensa entonces seriamente dónde estás plantado, pues un verdadero hijo de Dios no debería estarlo, dado que quienes creemos en Él entendemos que Sus deseos son, con mucho, mejores que los nuestros, y que los nuestros tienden a ser superficiales, vacíos, terrenales, insensatos.

Entonces son ¿Mis propósitos de año nuevo… o Sus propósitos para mí en este año que inicia?

Ahora podemos decir como el salmista:

Sal 38:6-9 Estoy encorvado, estoy humillado en gran manera, ando enlutado todo el día. Porque mis lomos están llenos de ardor, y nada hay sano en mi carne. Estoy debilitado y molido en gran manera; gimo a causa de la conmoción de mi corazón. Señor, delante de ti están todos mis deseos, y mi suspiro no te es oculto.

Sal 73:21-25 Se llenó de amargura mi alma, y en mi corazón sentía punzadas. Tan torpe era yo, que no entendía; era como una bestia delante de ti. Con todo, yo siempre estuve contigo; me tomaste de la mano derecha. Me has guiado según tu consejo, y después me recibirás en gloria. ¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra.

Sal 145:18-19 Cercano está Jehová a todos los que le invocan, a todos los que le invocan de veras. Cumplirá el deseo de los que le temen; oirá asimismo el clamor de ellos, y los salvará.


Termino con una breve historia.


Ser más como Cristo…Se cuenta de un hombre que preguntó a un estudiante qué era lo que más deseaba en la vida. Éste le contestó: “libros, salud y silencio para estudiar”. Luego el hombre le hizo la misma pregunta a un usurero prestamista, que le contestó : “Dinero, dinero y más dinero”. Más tarde preguntó lo mismo a un hombre pobre, que sin vacilar respondió: “Pan, pan, pan”. Después encontró a un ebrio que también opinó: “Licor, licor, licor”. Luego, dirigiéndose a una multitud que festejaba el año nuevo preguntó lo mismo, y respondieron todos a una: “Riqueza, fama, placeres”. Desilusionado por tantas respuestas vanas, vacías y superficiales, el hombre le preguntó a un anciano que tenía fama de ser un hombre bueno, qué era lo que más deseaba en la vida. El anciano respondió con calma y con dulzura: “Amar profundamente a Cristo, parecerme más a Cristo y ser más como Cristo”.

Hay de deseos a deseos: unos son terrenales, vanos, temporales y vacíos, otros trascienden a la eternidad.

Entonces, ¿me haré propósitos de año nuevo… o dejaré que Dios cumpla sus propósitos en mí en este año que comienza?

Via | http://casadeoracionmexico.com/

PUBLICADO POR: FRANCISCO PORTILLO
Soy una persona dependiente de la gracia y la fortaleza de Dios desde que reconocí que sin él no soy absolutamente nada, Jesús se ha convertido en mi caminar y en el centro de toda mi existencia, todo se lo debo a él.

jueves, 25 de diciembre de 2014

¿Porque no creer ambas cosas?

Posted by Francisco On 16:46 No comments
El pensamiento contemporáneo afirma que "lo que parece irracional debe ser rechazado". Tristemente este pensamiento ha dañado la cosmovisión cristiana. Lo curioso es que este pensamiento no ha sido adoptado uniformemente, a tal punto que solo nos hemos limitado a rechazar aquello que no nos gusta, y rompemos con la máxima movidos por el subjetivismo con el que los occidentales tratamos normalmente la biblia.

Durante mucho tiempo la palabra calvinismo ha sido deformada por sus detractores, así como también por sus "seguidores mas radicales". En estos extremos se crearon dos corrientes, las que se conocen como Arminianismo e Hiper-Calvinismo. Los que siguen estas doctrinas han terminado por caricaturizar el pensamiento calvinista. Siempre he escuchado comentarios que denotan una ignorancia total de los puntos del calvinismo; uno de los mas comunes es que "si el calvinismo fuera cierto, entonces todos seríamos robots". O aquel comentario que incluso Pablo confronta en Romanos 9 que demuestra una arrogancia tal de nuestra parte que nos atrevemos a decir que creer en eso sería creer en un "Dios injusto". ¡Oh! si tan solo nos dejáramos de guiar por nuestros sentimientos y nuestra razón y fuéramos mas a la biblia; nos evitaríamos muchas escenas ridículas de un vaso de barro creyendo saber mas que el alfarero:

¿Qué, pues, diremos? ¿Que hay injusticia en Dios? EN NINGUNA MANERA. Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca. Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia. Porque la Escritura dice a Faraón: Para esto mismo te he levantado, para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado por toda la tierra. De manera que de quien quiere, tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece.
Pero me dirás: ¿Por qué, pues, inculpa? porque ¿quién ha resistido a su voluntad? Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así? ¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra?

(Romanos 9.14–21)

El punto de este articulo no es una disertación con 50 textos bíblicos a favor del calvinismo, ni una guerra doctrinal, pues no es nuestra intención hacer prosélitos hacia una doctrina. Lo único que deseamos es que la filosofía contemporánea no afecte nuestra comprensión de elementos básicos en el evangelismo. Es por eso que usaré dos ejemplos bíblicos, los cuales estoy seguro que cual sea la denominación o corriente doctrinal de donde usted venga, las afirmará y será un fiel defensor. El uso de estos dos ejemplos nos podría llevar, con la obra del Espiritu Santo (y no mis palabras) a considerar creer dos cosas que en nuestra mente terrenal, nos parecen imposibles de unir. Comencemos con los milagros.

¿La biblia afirma los milagros? Por supuesto. Estoy seguro que usted, si es un cristiano, afirmará esto. Usted debe estar consciente y seguro de todas las maravillas que hizo Jesús y sus apóstoles aquí en la tierra, tales hechos fueron reales y auténticos, así como todos los eventos sobrenaturales que Dios hizo en el Antiguo Testamento. Por supuesto que si le preguntas a un pensador secular te dirá que esto es irracional e imposible, tales cosas como un diluvio universal, un mar abierto, lluvia de comida en el desierto, peces multiplicados, lenguas de fuego, gente resucitando, etc, son algo imposible de concebir en la mente humana. Pero usted cree esto y lo defendería sin lugar a dudas, usted cree en un orden de la naturaleza, y también cree que ese orden puede ser roto por un Dios soberano, Dios sobre toda la creación.

¿La biblia afirma la deidad de Cristo? Por supuesto. Estoy seguro que usted, si es un cristiano, afirmará esto. Pero eso es tan irracional para los pensadores seculares hoy en día que incluso muchos "cristianos" parecen estar doblando las manos ante los ataques liberales, derrumbando así toda la base de nuestra Fe. La biblia afirma que Jesucristo es eterno, el verbo era con Dios, y que el mismo era Dios (Juan 1:1). Jesucristo Afirmó que él y el Padre son uno mismo (Juan 10:30). La biblia afirma que Jesucristo era el mismo verbo, y que ese verbo fue hecho carne (Juan 1:14). Esto nos lleva a la clara conclusión de que Jesucristo era Dios hecho carne. Ahora dile a tu mente que una estos pensamientos: dos personas diferentes son una sola. Dios nació en un pesebre. Dios murió como un malhechor. Esos son pensamientos que cualquier liberal rechazaría en segundos afirmándote lo irracional que son tales declaraciones. Pero usted cree en esto y lo defendería sin lugar a dudas, usted cree en un Dios eterno e inmenso, pero también usted cree que ese Dios vino a la tierra como siervo, como un hombre, quien después sería asesinado.

Usted está atentando contra lo que el mundo nos quiere vender, y por eso lo felicito, pues la biblia es nuestra brújula en este peregrinaje. Pero ¿Porque no tener ese mismo espíritu para todo lo que la biblia nos afirma? La biblia afirma que Dios es soberano en la salvación, aquí podría seguir un ejercito de textos bíblicos que afirman esto, los únicos que usan los Hiper-calvinistas. Ahora, la biblia también afirma que el hombre es responsable de responder al evangelio, aquí también podría venir un ejercito muy armado de textos bíblicos que afirman esto, los únicos textos que usan los Arminianos. Mencionaré puntos que afirman las Escrituras sobre la soberanía total de Dios en la salvación y posteriormente un punto, suficiente y contundente que se afirma en las Escrituras sobre la responsabilidad del hombre en su respuesta al evangelio:

    Dios nos eligió antes desde antes de la fundación del mundo:

según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad (Efesios 1.4–5)

Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó. (Romanos 8.29–30)


    Dios NO nos eligió en base a obras o alguna acción que haríamos en el futuro:

(pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras sino por el que llama), se le dijo: El mayor servirá al menor. Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí. (Romanos 9.11–13)

No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros... (Juan 15.16)

    Dios es el único que puede determinar si alguien vendrá a Cristo:
Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre. (Juan 6.65)

Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia. (Romanos 9.16)

Ahora intenta mezclar esto en el mismo plato de los puntos anteriores:

     El hombre es responsable de su respuesta al evangelio:

    ...antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente. (Lucas 13:5)

Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados... (Hechos 3.19)

El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. (Juan 3.18–19)

 y no queréis venir a mí para que tengáis vida. (Juan 5:40)

¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste! (Mateo 23.37)

Solemos ser tan orgullosos en pensar en que las reglas de Dios deben adaptarse a nuestras reglas y que su mente debe ser igual de finita que las nuestras. En nuestro razonamiento, el decir que Dios es soberano en la Salvación pero que el hombre es totalmente responsable de su respuesta al evangelio son contradicciones y ambas cosas no pueden habitar juntas. ¿Porque no creer ambas cosas? La biblia contundentemente las afirma. Te animo a ser humilde y reconocer que Dios es infinitamente sabio y el determinó que así fuera. ¿Crees que Dios nació en un Pesebre y no puedes creer esto? ¿Crees que un Pueblo atravesó a través del mar y no puedes creer esto?

Por último, solo quisiera explicar como entendemos que ambas creencas son parte de la misma moneda y totalmente complementarias. La biblia afirma otro punto:

    El hombre no puede, ni quiere buscar a Dios por su propia voluntad:

Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios. (Romanos 8.7–8)

    Como está escrito:
        No hay justo, ni aun uno;
        No hay quien entienda,
        No hay quien busque a Dios.  (Romanos 3.10–11)

La biblia entonces declara que el hombre es responsable de aceptar o rechazar el evangelio, pero la misma biblia declara que el hombre nunca podrá aceptar el evangelio por cuanto el no quiere hacerlo, ya que no quiere buscar a Dios. Por eso Dios obra poderosamente y milagrosamente en nuestras vidas, al punto de regenerarnos aun estando muertos:

aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos)  (Efesios 2.5)

Dios sabiendo que nunca íbamos a querer creer en él y que íbamos a rechazarle, nos concedió la Fe, ciertamente algo que Dios nos da, no algo que nace en nosotros, provocando así una respuesta voluntaria de nuestra parte para responder positivamente al evangelio:

Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. (Efesios 2.8–9)

Entonces, no se trata exclusivamente de adoptar el calvinismo como tu bandera. Pero si te animo a ser mas humilde y no querer imponer a Dios tus razonamientos acerca de la salvación. El Arminiano y el Hiper-calvinista no quieren creer ambas cosas, es por eso que uno abolió la soberanía de Dios en la salvación y otro abolió la responsabilidad del hombre en su respuesta al evangelio.

PUBLICADO POR: FRANCISCO PORTILLO
Soy una persona dependiente de la gracia y la fortaleza de Dios desde que reconocí que sin él no soy absolutamente nada, Jesús se ha convertido en mi caminar y en el centro de toda mi existencia, todo se lo debo a él.

lunes, 3 de noviembre de 2014


Diversas problemáticas sobre salud reproductiva, derechos de la mujer y el creciente número de embarazos en adolescentes están generando discusiones a todo nivel. Se ha propuesto que una de las soluciones sea la libre distribución de la "anticoncepción de emergencia" en forma de pastillas o dispositivos. La aceptación o rechazo de éstos depende del grado de información científica que tengan la población y los médicos, de las filosofías de vida, o incluso de la influencia de algunos intereses económicos.

Aunque la hormona levonorgestrel es una comúnmente usada, existen otros tipos de hormonas en forma de pastillas anticonceptivas de emergencia (PAE) o píldoras del día después. Su uso en las primeras horas o días tras la relación sexual sin protección pretende prevenir un embarazo no deseado. Se ha informado que su uso "correcto" reduce la posibilidad de embarazos entre 60% a 80%. El fallo puede ser muy significativo, pues 4 de cada 10 chicas que la toman podrían salir embarazadas.

Según el día del mes que se tome la PAE levonorgestrel, puede impedir la liberación del óvulo por el ovario y en menos casos podría cambiar la calidad de las secreciones cervico-uterinas que facilitan el paso de los espermatozoides. Sin embargo, existen investigaciones serias que muestran que dicha PAE podría impedir la implantación del embrión en el útero. Aunque se le llama anticonceptiva puede tener efecto pos conceptivo. Por su controversia, esa parte de las investigaciones han sido calindas y suprimidas.

El bajo número de estudios laboratoriales sobre la PAE levonorgestrel y sus problema» (le poder metodológico contrastan con las grandes afirmaciones que niegan su potencial abortivo. La falta de financiamientos para investigación imparcial y las dificultades éticas de investigar con embriones humanos dificultan la abundancia de evidencia que caracteriza a otras investigaciones en farmacología. La literatura científica también revela que otras PAE con otras hormonas y los dispositivos intrauterinos de emergencia tienen la capacidad de evitar la adhesión del embrión a la pared uterina.

Para algunos, el debate sobre un efecto abortivo de las PAE se alivia con el concepto de que la concepción inicia en el momento de la implantación y no cuando se unen óvulo y espermatozoide. Si la vida inicia varios días después de dicha unión, entonces no hay aborto si se impide la implantación. Este juego de palabras y la omisión de la primera semana de la vida buscan resolver la controversia del efecto antiimplantatorio, pero en países donde el aborto es aceptado y legal, lo del efecto abortivo no es obstáculo.

La promoción de la anticoncepción de emergencia se justifica bajo derechos sexuales sin límites y la necesidad de alguna respuesta a la tragedia del abuso sexual. Sin embargo, la liberalización sexual y la promoción de la misma a las menores edades posibles están complicando el panorama de salud. Gomo resultado los presupuestos de salud tienen que invertir no en la prevención si no en las consecuencias, como los abortos clandestinos, las infecciones de transmisión sexual, los embarazos en adolescentes y la enfermedad infantil asociada a la edad joven de la madre. Otras consecuencias son el retraso del desarrollo académico, personal y profesional de los jóvenes convertidos en padres solteros y prematuros, así como otros desenlaces como la mortalidad materna e infantil o el abandono infantil.

Siendo difícil lidiar con los instintos humanos, una salida menos complicada es seguir la tendencia humana, más propensa a aceptar una pastilla que un cambio de comportamiento. Los valores como la abstinencia, la fidelidad y el autocontrol no son populares en esta época de posmodernismo y humanismo. Peligran de ser víctimas del bullying los jóvenes que se atrevan a adoptar esos valores, pero ellos también tienen derecho a abanderarlos. CIENTÍFICAMENTE hay evidencia que expone el potencial anti implantatorio de las PAE y aún la F.D.A. y otras agencias reguladoras de medicamentos en varios continentes mandan que eso se describa en los insertos de los productos. LEGALMENTE el personal de salud puede ejercer su derecho de libre conciencia y a negarse a practicar una medicina que está contra sus principios. MORALMENTE hay cada vez más relatividad sobre lo que es bueno para cada quien, pero las mujeres tienen derecho a la información de mecanismos y efecto secundarios de dichos productos para poder decidir con conocimiento y libres de manipulación. ESPIRITUALMENTE se superpone un mandato divino de respetar la vida esté dentro o fuera de un útero.

Es aceptable el debate respetuoso y responsable, evitando la seudo ciencia que le entrega la autoridad final a la opinión de personas e instituciones y no a la evidencia. Es inaceptable que se presione a los gobiernos a promover medidas contra la conciencia y espiritualidad de sus pueblos como condición para otorgarles financiamientos. Dar información incompleta y minimizada sobre los efectos secundarios hormonales, vasculares y aún oncológicos de las PAE es irresponsable y viola los derechos de las mujeres.

En vez de intervenir "el día después", debemos accionar coherentemente "el día antes", combatiendo y castigando el abuso sexual, previniendo el embarazo en adolescentes y las infecciones de transmisión sexual. Urge brindar acompañamiento cristiano y material a las adolescentes embarazadas y sus niños. Los padres de familia deben cumplir su papel formador con sus hijos. Todos, incluidas las comunidades de fe, deben aportar en la educación sexual, fomentar la paternidad responsable, el verdadero desarrollo de la mujer, la protección del no nacido y la planificación y desarrollo apropiado de las familias.

El "día después" lleva implícito el fallo en la promoción de conductas responsables, y las acciones permisivas de una sociedad que no se sabe gobernar. Ante ésta gran encrucijada, el "día antes" o "el día después", lo mejor que podemos hacer es escoger actuar el "día antes", ya que a la larga, la sociedad saldrá ganando con una juventud más responsable de sus actos y que luego se convertirán en adultos exitosos.

Ora. Reyna Durón Y Dr. Alejandro Oviedo
(Plan A Honduras)
Conozca de Plan A Honduras en:
https://es-es.facebook.com/pages/Plan-A-Honduras/1429159784021232

PUBLICADO POR: FRANCISCO PORTILLO
Soy una persona dependiente de la gracia y la fortaleza de Dios desde que reconocí que sin él no soy absolutamente nada, Jesús se ha convertido en mi caminar y en el centro de toda mi existencia, todo se lo debo a él.

viernes, 10 de octubre de 2014

Por: David Logacho

La pornografía , es uno de los tantos usos impropios del sexo. Como Ud. sabe, el sexo fue creado por Dios y es por tanto algo puro. En su soberanía, Dios limitó el uso del sexo a la relación de un hombre con una mujer quienes previamente se han unido en matrimonio.

Todo uso del sexo fuera del marco legítimo que Dios ha establecido para su uso, es contrario a la voluntad de Dios. La pornografía cae dentro de este uso inapropiado del sexo. Por otro lado, la tentación al mal uso del sexo es extremadamente poderosa. Por eso, la Biblia recomienda huir de las tentaciones de índoles sexual.

2ª Timoteo 2:22 dice: “Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor.”

Ante una tentación de índole sexual, la responsabilidad de todo creyente es huir. Huir significa alejarse lo más lejos posible y lo más pronto posible. Esto es lo que Ud. necesita hacer para no caer en la tentación a la pornografía.

Parte del huir para Ud. implicará destruir todas las revistas pornográficas que tenga escondidas en algún lado. Implicará alejarse de los amigos que le incitan a la pornografía. Implicaría que deje de frecuentar lugares en los cuales Ud. sabe que sus ojos van a ser expuestos a la pornografía. Implicaría cambiar de canal o apagar el televisor cuando aparece una escena escabrosa. Implicaría abstenerse de ir al cine. Implicaría dejar de oír chistes obscenos que son comunes en la rueda de amigos.

La idea no es que Ud. se vuelva legalista o mojigato, la idea es que Ud. está huyendo de las pasiones juveniles como una medida necesaria para evitar caer en la pornografía. Pero por otro lado, además de huir en el sentido de alejarse de la tentación sexual es necesario huir hacia el refugio que ofrece la palabra de Dios, la Biblia.

Ponga atención a lo que dice Salmo 119: 9-11 “¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra. Con todo mi corazón te he buscado; no me dejes desviarme de tus mandamientos. En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti.”

El salmista hace una gran pregunta: ¿Con qué limpiará el joven su camino? Es de cierto modo la misma pregunta que Ud. se ha hecho. ¿Cómo puedo vencer la tentación a la pornografía? La respuesta es con guardar la palabra de Dios. Guardar la palabra de Dios significa conocer la palabra de Dios, entender la palabra de Dios, meditar en la palabra de Dios, memorizar la palabra de Dios y practicar la palabra de Dios.

Por eso dice el texto: En mi corazón, o en mi proceso de pensamiento, he atesorado la palabra de Dios y eso me ha permitido no pecar contra Dios. Si Ud. , no quiere ceder a la tentación de la pornografía, necesita huir de todo lo que tenga que ver con ello y llenar su mente con la palabra de Dios. Esto le permitirá pensar como Dios piensa, amar lo que Dios ama, odiar lo que Dios odia y vivir como Cristo vivió cuando estuvo en la tierra.

Via | http://unrema.wordpress.com/

PUBLICADO POR: FRANCISCO PORTILLO
Soy una persona dependiente de la gracia y la fortaleza de Dios desde que reconocí que sin él no soy absolutamente nada, Jesús se ha convertido en mi caminar y en el centro de toda mi existencia, todo se lo debo a él.

domingo, 5 de octubre de 2014

Una vez más aparece la idea de ir a alquilar una película sobre sexo explícito. Aunque Scott está en la secundaria, el empleado del negocio nunca le preguntó nada. Scott ha orado repetidas veces para vencer el impulso pero a medida que se acercaba al local en su interior se generaba un conflicto. Sabía que sus acciones desagradarían a Dios, sabía que después se sentiría avergonzado, sabía que se sentiría abochornado si sus padres llegaban a casa inesperadamente y lo encontraban dando rienda suelta a su fantasía. Pero algo más fuerte que él lo impulsa a ir a dicho negocio, como un adicto a la heroína. Al salir, ya estaba enganchado. Pero esa tarde, después de haber visto la película, volvió a sentirse avergonzado y culpable.

“Señor ¿Qué voy a hacer?” –exclamó. No le había confiado a nadie sus luchas internas y sus continuos fracasos en esa área. Se sentía débil y solo. Hasta Dios parecía estar distante e inalcanzable.

Scott entonces hizo lo que siempre hacía: escondió sus sentimientos y su culpabilidad muy dentro de sí siguió con la farsa del chico cristiano, puro y feliz. Por un tiempo su desesperación se calmaba y él se tranquilizaba hasta que el antiguo apremio regresaba y lo inducia nuevamente.
Tal vez en tu caso no sea ir alquilar una película, pero si has llegado al punto que puedas estar en la sala de tu casa, en tu cuarto, o aun en tu trabajo y están fantaseando con algo que no es real, sino que lo fábricas en tu mente, es como que estuvieras cocinando un pecado dentro de ti.

Muchos ven la fantasía sexual como una inofensiva autosatisfacción. Pero Dios quiere que nos abstengamos de ella por-por lo menos-por tres diferentes razones.

Primera, siguiendo la enseñanza de Jesús en Mateo 5:27-28, la inmoralidad sexual de la mente acarrea el mismo peso que la inmoralidad sexual de la carne.

“Oíste que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en el corazón.”

Puede que seas capaz de evitar la vergüenza personal, el escándalo público o las posibles enfermedades de una relación de pareja. Pero ante los ojos de Dios, una relación en la mente es igual que una en la realidad. Es una violación a la pureza moral.

Segundo, de acuerdo con Santiago 1:14-15, la inmoralidad sexual mental puede inducir a un acto sexual inmoral:

“Cada uno es tentado cuando se deja arrastrar y seducir con sus propios malos deseos. Después, cuando el deseo ha concebido, da a luz el pecado; y cuando el pecado ha llegado a su madurez, da a luz la muerte.”

 En una oportunidad leía sobre este pasaje y muchas veces Dios nos está advirtiendo que nuestro pensamiento es malo, pero cuando no obedecemos y continuamos con esos malos deseos, Dios nos entrega a espíritu engañoso y a veces podemos ver que no es tan malo, sin darnos cuenta que nuestra pureza se va perdiendo cada día más. Puede que creas que tu pecado está a buen resguardo en tu interior, pero “de la abundancia del corazón habla la boca” (Mateo 12:34) La semilla que se siembra y se nutre en el corazón, a su tiempo germinará en su hecho.

Tercero, la fantasía sexual despersonaliza al sexo y degrada a la persona. Para la persona que tiene fantasías sexuales, solo busca la manera de gratificarse a sí mismo. Viendo a las personas del sexo opuesto solo como objetos de satisfacción personal, lo cual va encontrar de lo que la Biblia enseña, con respecto a amar a los demás como a nosotros mismos y tratarlos de la manera que nos gustaría que nos trataran.

Recuerda que Dios ha establecido límites para darte la mejor vida sexual que sea posible dentro del matrimonio. Recuerda ¡El te ama! Si estas luchando con fantasía en tu mente, hoy es tiempo para que busques ayuda, si es posible que tus pensamientos sean limpiados, busca hoy la ayuda y no tardes más.

Cortesia: http://blog.libresencristo.org/

PUBLICADO POR: FRANCISCO PORTILLO
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viernes, 1 de agosto de 2014

La oracion

Posted by Francisco On 17:11 No comments
J.C. Ryle

“[Los hombres] debían orar en todo tiempo” (Lucas 18:1).

“Quiero que en todo lugar los hombres oren” (1 Timoteo 2:8).

La oración es la cuestión más importante de la religión práctica. Todo lo demás es secundario comparado con ella. Leer la Biblia, guardar el día de reposo, oír sermones, asistir a la adoración pública, acudir a la Mesa del Señor: todas estas cosas son de mucho peso. Pero ninguna de ellas tiene tanta importancia como la oración privada.

En este capítulo me propongo ofrecer siete simples motivos para explicar por qué empleo un lenguaje tan enérgico para referirme a la oración. Hacia estos motivos reclamo la atención de todo hombre racional en cuyas manos pueda caer este libro. Me atrevo a asegurar con confianza que estas razones merecen la seria consideración de todo el mundo.

I. En primer lugar, la oración resulta absolutamente necesaria para la salvación del hombre.

Digo “absolutamente necesaria” y lo digo con conocimiento. No estoy hablando ahora de niños y de necios. No estoy describiendo el estado de los paganos. Recuerdo que “a todo el que se le haya dado mucho, mucho se demandará de él” (Lucas 12:48). Hablo especialmente de aquellos que se llaman cristianos en una tierra como la nuestra. Y de estos afirmo que ningún hombre ni ninguna mujer puede esperar salvarse si no ora.

Yo defiendo la salvación por gracia con la misma firmeza que cualquiera. De buen grado ofrecería perdón gratuito y completo al más grande de los pecadores que haya existido nunca. No dudaría en ponerme junto a su lecho de muerte y decir: “Cree [ahora] en el Señor Jesús, y serás salvo” (Hechos 16:31). Pero no veo en la Biblia ningún versículo donde se nos diga que el hombre puede obtener la salvación sin pedirla. No encuentro ningún pasaje que declare que el hombre vaya a recibir el perdón de sus pecados si ni siquiera levanta su corazón internamente y dice: “Señor Jesús, dámelo”. En ningún sitio se afirma que el hombre se vaya a salvar por sus oraciones, pero tampoco se nos dice que nadie pueda salvarse sin oración.

No es absolutamente necesario para la salvación que la persona lea la Biblia. Es posible que un hombre no tenga estudios, o que sea ciego, y que, sin embargo, lleve a Cristo en su corazón. No es absolutamente necesario que el hombre oiga la predicación pública del Evangelio. Es posible que viva en un lugar donde el Evangelio no se predica, o que esté postrado en cama, o que sea sordo.

Pero no puede decirse lo mismo de la oración. Resulta absolutamente necesario para la salvación que el hombre ore.

No existen privilegios cuando se trata de la salud y el aprendizaje. Príncipes y reyes, pobres y campesinos, todos deben atender igualmente a las necesidades de sus propios cuerpos y de sus propias mentes. Ningún hombre puede comer, beber o dormir por poderes. Ningún hombre puede aprenderse el alfabeto por otra persona. Todas estas son cosas que cada persona debe hacer por sí misma o, de lo contrario, quedarán sin hacer.

Al igual que ocurre con la mente y el cuerpo, así sucede también con el alma. Hay ciertas cosas absolutamente necesarias para la salud y el bienestar del alma. Cada hombre debe atender a estas cosas por sí mismo. Cada hombre debe arrepentirse por sí mismo. Cada hombre debe acudir a Cristo por sí mismo. Y por sí mismo cada hombre debe hablar con Dios y orar. Debes hacerlo por ti mismo, porque nadie más puede hacerlo por ti.

¿Cómo vamos a esperar que un Dios “desconocido” (Hechos 17:23) nos salve? ¿Y cómo vamos a conocer a Dios sin orar? No sabemos nada de los hombres ni de las mujeres de este mundo a menos que hablemos con ellos. No es posible conocer a Dios en Cristo a menos que hablemos con Él en oración. Si deseamos estar con Él en el Cielo, debemos ser amigos suyos en la Tierra. Si deseamos ser amigos suyos en la Tierra, debemos orar.

Habrá muchos a la derecha de Cristo en el día final. Los santos reunidos desde el Norte y el Sur, el Este y el Oeste serán “una gran multitud, que nadie [puede] contar” (Apocalipsis 7:9). El cántico de victoria que saldrá de sus bocas cuando se complete por fin su redención será realmente glorioso.

Estará muy por encima del estruendo de muchas aguas, y de fuertes truenos (cf. Apocalipsis 19:6).

Pero no habrá discordancia en ese canto. Todos los que canten cantarán con un solo corazón además de hacerlo con una sola voz. Su experiencia será la misma. Todos habrán creído. Todos habrán sido lavados en la sangre de Cristo. Todos habrán nacido de nuevo. Todos habrán orado. Sí, debemos orar en la Tierra o, de lo contrario, nunca alabaremos en el Cielo. Debemos pasar por la escuela de la oración o, de lo contrario, nunca seremos aptos para la fiesta de la alabanza. En resumen, no orar es estar sin Dios, sin Cristo, sin gracia, sin esperanza y sin Cielo. Es estar en el camino que lleva al Infierno.

II. En segundo lugar, el hábito de orar es uno de los signos más inequívocos que existen para distinguir al verdadero cristiano. 

Todos los hijos de Dios que hay sobre la Tierra son semejantes a este respecto. Desde el momento en que comienza la vida y la autenticidad de su religión, se ponen a orar. Del mismo modo que la primera señal de vida de un niño cuando viene al mundo es el acto de respirar, así también el primer acto de los hombres y las mujeres cuando nacen de nuevo es orar.

Esta es una de las características comunes a todos los escogidos de Dios: “Claman a El día y noche” (Lucas 18:7). El Espíritu Santo, que los hizo nuevas criaturas, produce en ellos el sentimiento de adopción y los lleva a clamar: “Abba, Padre” (Romanos 8:15). El Señor Jesús, cuando los resucita, les da una voz y una lengua, y les dice: “Deja de estar mudo” (cf. Ezequiel 24:27). Dios no tiene hijos mudos. Orar forma parte de su naturaleza, del mismo modo que llorar forma parte de la naturaleza del niño. Son conscientes de cuánto necesitan de la misericordia y la gracia. Sienten su vacío y su debilidad. No pueden hacer otra cosa aparte de lo que hacen. Deben orar.

He estudiado cuidadosamente las vidas de los santos de Dios que aparecen en la Biblia. No he podido encontrar a ninguno de quien se nos narre la historia, desde Génesis hasta el Apocalipsis, que no fuera un hombre de oración. He observado que se menciona como uno de los rasgos distintivos de los piadosos el hecho de que “invocan al Padre” (cf. 1 Pedro 1:17) e “invocan el nombre del Señor Jesucristo” (cf. 1 Corintios 1:2). He visto constatado como característica de los impíos el hecho de que “no invocan al Señor” (Salmo 14:4).

He leído las vidas de muchos cristianos eminentes que han transitado por la Tierra desde los días de la Biblia. He observado que algunos de ellos eran ricos y otros eran pobres. Algunos tenían estudios y otros no. Unos eran episcopalianos, otros presbiterianos, otros bautistas, otros independientes. Algunos eran calvinistas, y otros arminianos. A algunos, les encantaba utilizar una liturgia, y a otros, no utilizar ninguna. Pero observo que todos tenían una cosa en común. Todos eran hombres de oración.

He estudiado los informes de las Sociedades Misioneras de nuestros tiempos y he observado con regocijo que los hombres y las mujeres paganos están aceptando el Evangelio en diversas partes del globo. Hay conversiones en África, en Nueva Zelanda, en la India y en América. Las gentes que se convierten son, por naturaleza, diferentes las unas de las otras en todos los aspectos. Pero hay algo que llama mi atención en todas las misiones. Los conversos siempre oran.

No niego que el hombre puede orar sin entusiasmo y sin sinceridad. Ni por un momento pretendo afirmar que el mero hecho de que una persona ore lo demuestra todo en cuanto a su alma. Al igual que en todos los demás aspectos de la religión, también en este hay abundancia de engaño y de hipocresía.

Pero sí digo que no orar constituye una prueba clara de que el hombre aún no es un verdadero cristiano. No puede deplorar realmente sus pecados. No puede amar a Dios. No puede sentirse en deuda con Cristo. No puede anhelar la santidad. No puede desear el Cielo. Aún tiene que nacer de nuevo. Aún tiene que ser transformado en una nueva criatura. Ya puede presumir confiadamente de la elección, la gracia, la fe, la esperanza y el conocimiento, y engañar a los ignorantes. Pero no te quepa la menor duda de que todo es vana palabrería si no ora.

Y digo más: de entre todas las pruebas que existen de la verdadera obra del Espíritu, el hábito de la oración privada dentro del corazón es una de las más satisfactorias que es posible citar. El hombre puede predicar por motivos falsos. Puede escribir libros, dar bellos discursos y parecer diligente en buenas obras, y, con todo, ser un Judas Iscariote. Pero es raro que el hombre se meta en su cuarto y derrame su alma delante de Dios en lo secreto a menos que vaya en serio. El Señor mismo ha puesto su sello sobre la oración como la mejor prueba para reconocer una verdadera conversión. Cuando Él envió a Ananías adonde estaba Saulo, en Damasco, no le dio otra prueba del cambio que se había producido en su corazón aparte de esta: “He aquí, está orando” (Hechos 9:11).

Sé que muchas cosas pueden suceder en la mente del hombre antes de que este se entregue a la oración. Puede que tenga muchas convicciones, muchos deseos, muchos sentimientos, muchas resoluciones, muchas esperanzas y muchos temores. Pero todas estas cosas son pruebas muy inciertas. Se pueden encontrar en gente poco piadosa, y suelen acabar en nada. En muchos casos son tan duraderas “como nube matinal, y como el rocío, que temprano desaparece” (Oseas 6:4). La auténtica oración sincera, que brota de un corazón “contrito y humillado” (Salmo 51:17), vale tanto como todas estas cosas juntas.

Sé que los escogidos de Dios fueron elegidos para salvación desde toda la eternidad. No olvido que el Espíritu Santo, que los va llamando a su debido tiempo, en muchas ocasiones los conduce gradualmente, muy despacio, al conocimiento de Cristo. Pero el ojo humano solo es capaz de juzgar por lo que ve. No puedo afirmar que una persona está justificada hasta que no crea. No me atrevo a declarar que nadie cree hasta que no ore. No puedo comprender una fe muda. El primer acto de fe será hablar con Dios. La fe es para el alma lo que la vida es para el cuerpo. La oración es para la fe lo que la respiración es para la vida. No alcanzo a comprender cómo puede vivir el hombre sin respirar, y tampoco soy capaz de entender cómo es posible que el hombre crea y que no ore.

© 2012 Reservados todos los derechos. Traducción de Publicaciones Aquila. Esta lectura es un extracto del libro Cristianismo práctico por J.C. Ryle, publicado por Estandarte de la Verdad. Si desea leer más, puede obtener el libro en el sitio web de la librería cristiana Cristianismo Histórico.

PUBLICADO POR: FRANCISCO PORTILLO
Soy una persona dependiente de la gracia y la fortaleza de Dios desde que reconocí que sin él no soy absolutamente nada, Jesús se ha convertido en mi caminar y en el centro de toda mi existencia, todo se lo debo a él.

domingo, 27 de julio de 2014

¿Ha nacido usted de nuevo?

Posted by Francisco On 18:19 No comments

J.C. Ryle

Esta es una de las preguntas más importantes de la vida. Jesucristo dijo: “el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios” (Juan 3:3).

No es suficiente con responder: “Pertenezco a una iglesia; supongo que soy cristiano.” Miles de cristianos nominales no muestran ninguna de las señales de haber vuelto a nacer que nos han dado en las Escrituras–muchas enumeradas en la Primera Epístola de Juan.

No comete pecados habitualmente

Primero que todo, Juan escribió: “Ninguno que es nacido de Dios practica el pecado” (1 Juan 3:9). “Sabemos que todo el que ha nacido de Dios, no peca” (5:18).

Una persona que ha nacido de nuevo o se ha regenerado no cometerá pecados habitualmente. Esa persona no pecará más con su corazón, voluntad y toda su inclinación. Probablemente hubo un tiempo en el que esa persona no pensó si sus acciones eran o no pecaminosas y no siempre se sintió atribulada después de hacer algo malo. No existía un conflicto entre esa persona y el pecado; eran amigos. Sin embargo, el verdadero cristiano odia el pecado, huye de él, pelea contra él, lo considera la plaga más despreciable, se resiente con la carga de su presencia, se acongoja cuando caen bajo su influencia y anhela ser liberado completamente de él. El pecado ya no lo satisface; se ha convertido en algo horrible que odia. Sin embargo, no puede eliminar su presencia dentro de sí mismo. Si dice que no tiene pecados, estaría mintiendo (1 Juan 1:8). Pero puede decir que odia el pecado y que el gran deseo de su alma es no cometer pecado en absoluto. No puede evitar que entren en su mente malos pensamientos ni que aparezcan errores, descuidos y defectos en sus palabras o en sus acciones. Sabe que “todos tropezamos de muchas maneras” (Santiago 3:2). Pero puede decir sinceramente ante la presencia de Dios, que estas cosas le causan sufrimiento y tristeza y que todo su ser lo rechaza. ¿Qué diría el apóstol sobre ti? ¿Has nacido de nuevo?

Creer en Cristo

Segundo, Juan dijo: “Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios” (1 Juan 5:1).

Un hombre que ha nacido de nuevo o se ha regenerado cree que Jesucristo es el único Salvador que puede perdonar su alma, que es la persona divina designada por Dios Padre para este preciso propósito y que aparte de Él, no existe ningún otro Salvador. En su interior esta persona no encuentra ningún tipo de valor. Pero confía completamente en Cristo, y confiando en Él, cree que todos sus pecados serán perdonados. Él cree que, por fe en la obra llevada a cabo por Cristo y su muerte en la cruz, será considerado justo ante los ojos de Dios y puede esperar la muerte y el juicio sin angustia. Puede tener miedos y dudas. Algunas veces podrá decirle que se siente como si no tuviera fe en nada. Pero pregúntele si desea confiar en cualquier cosa en vez de en Cristo y escuche lo que le dirá. Pregúntele si depositará su esperanza de vida eterna en su propia bondad, sus propias obras, sus oraciones, un ministro o su iglesia y escuche su respuesta. ¿Qué diría el apóstol sobre ti? ¿Has nacido de nuevo?

Practica la justicia

Tercero, Juan escribió: “Todo el que hace justicia es nacido de El. ” (1 Juan 2:29).

El hombre que ha nacido de nuevo o se ha regenerado es un hombre santo. Se esfuerza por vivir de acuerdo con la voluntad de Dios, por hacer las cosas que agradan a Dios y por evitar las cosas que Dios aborrece. Desea mirarse continuamente en Cristo como su ejemplo así como su Salvador y demostrarse a sí mismo que es amigo de Cristo guardando sus mandamientos. Sabe que no es perfecto. Es terriblemente consciente de la corrupción que hay en su interior. Encuentra un principio de maldad dentro de sí el cual está constantemente atentando contra la gracia y tratando de alejarlo de Dios. Pero no se lo permite aunque no pueda evitar su presencia. Incluso si a veces se siente tan insignificante que se pregunta si realmente es cristiano o no, podrá decir al igual que dijo John Newton: “No soy lo que debería ser, no soy lo que quiero ser, no soy lo que espero ser en otro mundo; pero aun así no soy lo que fui alguna vez, y por gracia de Dios soy lo que soy”. ¿Qué diría el apóstol sobre ti? ¿Has nacido de nuevo?

Ama a otros cristianos

Cuarto, Juan escribió: “Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida porque amamos a los hermanos” (1 Juan 3:14).

Un hombre que ha nacido de nuevo tiene un amor especial por todos los verdaderos discípulos de Cristo. Como su Padre en el cielo, ama a todos los hombres con un gran amor general, pero tiene un amor especial por aquéllos que comparten su fe en Cristo. Como su Señor y Salvador, ama a los peores pecadores y lloraría por ellos; pero tiene un amor característico por los que son creyentes. Nunca se siente tan como en casa como cuando está en su compañía. Él siente que todos son miembros de la misma familia. Ellos son sus compañeros soldados, peleando contra el mismo enemigo. Ellos son sus compañeros de viaje, recorriendo el mismo camino. Él los entiende y ellos lo entienden a él. Pueden ser muy diferentes en muchas sentidos– en el puesto que ocupen, en posición social y en riqueza. Pero eso no le importa. Son los hijos e hijas de su Padre y no puede evitar amarlos. ¿Qué diría el apóstol sobre ti? ¿Has nacido de nuevo?

Vencer al mundo

Quinto, Juan escribió: “Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo” (1 Juan 5:4).

Un hombre que ha nacido de nuevo no se vale de la opinión del mundo para medir el bien y el mal. No teme ir en contra del estilo, ideas y costumbres del mundo. Lo que los hombres piensen o digan, ya no le preocupa. Él vence al amor del mundo. No encuentra placer en las cosas que parecen dar la felicidad a la mayoría de las personas. Para él, parecen insensatos e indignos de un ser inmortal. Ama la alabanza a Dios más que la alabanza al hombre. Teme más ofender a Dios que ofender al hombre. No le importa que le culpen o le alaben; su principal objetivo es agradar a Dios. ¿Qué diría el apóstol sobre ti? ¿Has nacido de nuevo?

Mantenerse puro

Sexto, Juan escribió: “Aquel que nació de Dios lo guarda” (1 Juan 5:18).

Un hombre que ha nacido de nuevo cuida su propia alma. No solamente trata de evitar el pecado sino también de evitar todo lo que lo pueda generar. Selecciona cuidadosamente sus compañías. Sabe que las malas relaciones corrompen el corazón y que es más fácil tomar el mal que el bien, así como se contagia más la enfermedad que la buena salud. Es cuidadoso con el uso de su tiempo; su principal deseo es emplearlo provechosamente. Desea vivir como un soldado en un país enemigo-usando su armadura continuamente y preparado para enfrentarse a la tentación. Es diligente para ser un hombre que vela, que es humilde y que ora. ¿Qué diría el apóstol sobre ti? ¿Has nacido de nuevo?

La prueba

Estas son las seis grandes señales que identifican a un cristiano que ha nacido de nuevo.

En cada persona hay grandes diferencias entre la profundidad y distinción de estas señales. En algunas son débiles y casi imperceptibles; en otras son destacadas, sencillas e inconfundibles, de tal forma que cualquiera las puede identificar. Algunas de estas señales son más visibles que otras en cada individuo. Raras veces son igual de evidentes en cada persona.

Pero aún así, después de tener en cuenta las posibles diferencias, podemos encontrar seis señales predominantes provenientes de Dios.

¿Cómo deberíamos reaccionar ante estas cosas? Podemos lógicamente llegar a una única conclusión— solamente los que han nacido de nuevo poseen estas seis características y aquéllos que no tienen estas señales no han nacido de nuevo. Esta parece ser la conclusión a la cual el apóstol pretendía que nosotros llegásemos. ¿Tienes tu estas características? ¿Has nacido de nuevo?

Traducción por Gabriel Arevalo  Via: http://sdejesucristo.org/ 

 

PUBLICADO POR: FRANCISCO PORTILLO

Soy una persona dependiente de la gracia y la fortaleza de Dios desde que reconocí que sin él no soy absolutamente nada, Jesús se ha convertido en mi caminar y en el centro de toda mi existencia, todo se lo debo a él.

viernes, 27 de junio de 2014

La Soberania de Dios y el Sufrimiento

Posted by Francisco On 15:26 No comments
Chuy Olivares

Dios tiene propósitos para nosotros. En la formación que vamos teniendo como hijos de Dios, Él no desea que suframos sin propósito. En la voluntad permisiva del Señor nos suceden cosas que nos ayudan a madurar. Tengamos presente que todo lo que Dios permite tiene el propósito de hacernos más a su imagen, más maduros y de tratar nuestro carácter para que crezcamos espiritualmente; todo esto a pesar de nuestros errores y pecados. Es decir, nuestros errores y pecados nunca van a frustrar el plan de Dios.

Encontramos un ejemplo de ello en la vida del Rey David – el mayor Rey de Israel y un hombre conforme al corazón de Dios – quien un día cometió un pecado muy grave: tomó una mujer ajena y asesinó a su esposo para poder casarse con ella. Dice en el libro de Samuel que lo que David hizo fue desagradable a los ojos de Dios. La mujer quedó embarazada y el niño murió como prueba de que Dios había rechazado el proceder de David. La soberanía de Dios se muestra en que David luego toma a Betsabé por esposa y de tal unión nace Salomón, el rey más sabio en la historia de la tierra. Y aún más, de su línea de descendencia vendría a nacer Jesús. ¡Eso rebasa todo entendimiento humano! Es así como vemos al Dios de toda gracia: a pesar de nuestros errores, al final, Él usa cada situación para cumplir sus propósitos e incluso para bendecirnos.

Si pecamos, sufriremos las consecuencias del pecado. Es posible que usted, ahora, esté sufriendo las consecuencias de algún pecado. Ciertamente Jesús perdona la culpa de los pecados, pero las consecuencias las tenemos que vivir, las tenemos que sufrir. La vida de David después de su pecado nunca volvió a ser igual. Las consecuencias del pecado llegan siempre, son ineludibles; pero podemos estar seguros de que, al final de todo, Dios tornará el mal en bien. Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca. — 1Pe 5:10

EXPERIENCIA DE PEDRO

Pedro vivió y experimentó la gracia de Dios. Ante la aprehensión de Jesús, Pedro maldijo y lo negó. No obstante recibió más tarde el favor del Señor. La palabra usada en la escritura original para ‘gracia’ es «járis» que significa “el Dios de todo favor, regalo espiritual, don.”

Juan afirma en Apocalipsis que en la eternidad ya no habrá más llanto ni dolor. Mientras estemos en el mundo pasaremos por situaciones que nos harán llorar y tendremos también tiempos de alegría, tendremos abundancia y en otros momentos sufriremos escasez. La vida cristiana se compone de estos dos elementos.

Pedro dice “después que hayas padecido un poco de tiempo.” El original griego para ‘padecido’ es «pásjo» que significa “experimentar dolor y sufrimiento.” Hay diversas situaciones por las cuales sufrimos; unos sufren una enfermedad por causa del pecado mientras otro está enfermo sin estar en pecado. (Cuando le trajeron el ciego a Jesús y le preguntaron si él estaba enfermo por causa de pecado, Jesús les dijo que no; que aquel hombre estaba así para que la gloria de Dios se manifiestara). Otro puede sufrir escasez por una prueba que Dios le manda y otro la sufre como consecuencia de sus robos y estafas.

¿CÓMO ORAR EN EL SUFRIMIENTO?

Teniendo la soberanía de Dios en cuenta, ¿cómo pues debemos orar cuando sufrimos?

Debemos preguntarle a Dios: “¿Señor, por qué me está pasando esto? Si tienes a bien revelármelo, aquí estoy.” Dios puede decir: “Es una disciplina por tus pecados.” Otras veces dice: “Estoy probando tu fe.” A veces se queda callado y aún así está tratando con nosotros. Cuando Pedro en el pasaje dice “un poco de tiempo”, concuerda perfectamente con lo que le dijo San Pablo a los Corintios: “Esta leve tribulación momentánea produce en nosotros una cada vez más grande peso de gloria.” Cuando dice “leve tribulación momentánea” se refiere a escasez, a vituperios y tribulaciones, al hambre, a peligros y demás adversidades que estaba sufriendo como hijo de Dios, como ministro del evangelio y como ser humano.

Estos dos pasajes enfatizan que los sufrimientos de esta vida no son comparables con la gloria venidera. Los 70, 80 o 90 años que tenemos en esta tierra, o aún si fueran 150; no son comparables con la eternidad. No son comparables porque se ven como *nada*.

De los once apóstoles, diez murieron sufriendo. ¿Por qué el Apóstol Juan no? Sólo Dios en su soberanía sabe lo que Dios permite y no permite.

YO SOY EL MEJOR CARAMBOLISTA

Un día, mientras jugaba billar, Dios me habló y me dijo: “Yo soy el mejor carambolista.” Inmediatamente entendí lo que me estaba diciendo. Al igual que un billarista le puede pegar a una bola que rebota y pega en otra que a su vez pega en otra y hace un montón de jugadas de una manera maravillosa y difícil de igualar, Dios hace lo mismo con situaciones y con personas.

CUATRO PROPÓSITOS PARA EL SUFRIMIENTO

Según Pedro, el sufrimiento nos perfecciona, nos afirma, nos fortalece y nos establece.
1. Perfeccione. La palabra perfeccione viene del griego «katartízo» que significa “restaurar, hacernos aptos, reparar, y ajustar.” Él ajusta nuestros caminos. Va tratando con nosotros, llevándonos a la madurez.
2. Afirma. Viene del griego «sterízo» que significa “establecer con firmeza”. Esto nos habla de establecer un carácter firme, sólido. Cuando Jesús le dice a Pedro que le dio permiso a Satanás para zarandearlo y que le negaría tres veces, le dijo que luego debía “confirmar a los hermanos”. Esta palabra “confirmar” es la misma que “afirmar”. Con un carácter voluble como el de Pedro, ¿cómo iba a ser un instrumento para afirmar a los hijos de Dios? Tenía que ser tratado y perfeccionado y por eso el Señor permitió que Satanás lo zarandeara.Pedro mismo dice que el propósito de la aflicción es el perfeccionamiento y la afirmación.
3. Fortalece. Esto habla de vigor y de fuerza espiritual. Vigor espiritual para enfrentar todas las situaciones que llegan a nuestra vida: las buenas y las malas.
4. Establece. Habla de consolidar, de afianzar un carácter sólido. Recordemos que Pedro era llamado Simón; Jesús cambió su nombre. Pedro viene de la palabra «petros» que significa “una piedra sacada de una roca grande.” Una piedra es *sólida*. Al cambiarle el nombre, Jesús estaba estableciendo que Pedro sería sólido, a pesar de que en ese momento aún era voluble y se dejaba llevar por emociones. Así estableció a Pedro para ser parte de la edificación de Su iglesia.

LA SOBERANÍA EN LA VIDA DE JOB

Esta es una historia clásica de la Biblia. Santiago citó a Job diciendo “Han oído de la paciencia de Job.” Si observamos la vida de Job entendemos por qué a veces Dios permite que sus hijos sufran.

Hubo en tierra de Uz un varón llamado Job; y era este hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal. (Job 1:1)

Observemos algunas de las características que se mencionan de Job: ¡perfecto, recto, temeroso de Dios y apartado del mal! Esto nos recuerda el Salmo 1: “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos… será como árbol plantado junto a corrientes de aguas que da fruto en su tiempo y su hoja no cae y todo lo que hace prospera”.

Y le nacieron siete hijos y tres hijas. (3) Su hacienda era siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes, quinientas asnas, y muchísimos criados; y era aquel varón más grande que todos los orientales. (Job 1:2-3 )

Job era un hombre bendecido y rico. ¡Tenía siete mil ovejas y, pongámoslo así, tres mil Mercedez Benz! Digo esto porque en aquel tiempo el camello era el método de transporte de lujo. Los camellos eran costosos. La Biblia dice que era el “más grande” de todos, no por sus numerosas posesiones sino por la calidad de sus cualidades.

E iban sus hijos y hacían banquetes en sus casas, cada uno en su día; y enviaban a llamar a sus tres hermanas para que comiesen y bebiesen con ellos. (5) Y acontecía que habiendo pasado en turno los días del convite, Job enviaba y los santificaba, y se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Quizá habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado contra Dios en sus corazones. De esta manera hacía todos los días. (Job 1:4-5). Fíjese cómo, todos los días, Job consagraba sus hijos a Dios. En otras palabras Job se los entregaba a Dios, igual que muchos padres declaran entregar sus bebés a Dios. Esto equivale a decirle a Dios que Él puede hacer lo que Él quiera con ellos. Si son de Dios, ¿puede Él tomarlos cuando quiera? Sí, aunque eso nos duela. Tu esposo no es tuyo, es de Dios. Tus hijos no son tuyos, son de Dios. Lo que tienes no es tuyo, es de Dios. Entonces Él puede tomar a cualquiera de nosotros o disponer de nuestras cosas cuando quiera. “Un día vinieron a presentarse delante de Jehová los hijos de Dios, entre los cuales vino también Satanás”. (Job 1:6). Cuando dice “hijos de Dios” la Escritura se refiere a los ángeles. Pero además de ellos, venía un “colado” como decimos: Satanás. ¡Qué interesante que tenía acceso a la presencia de Dios a pesar de que Dios lo había echado! “Y dijo Jehová a Satanás: ¿De dónde vienes? Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: De rodear la tierra y de andar por ella. (8) Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?” (Job 1:7-8 ) Dios se sentía tan satisfecho, tan complacido de Job, que le dijo a Satanás: “¿No has visto a Job, la clase de siervo fiel que es?”

UNA MURALLA

“Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: ¿Acaso teme Job a Dios de balde? “ ¿No le has cercado alrededor a él y a su casa y a todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto, sus bienes han aumentado sobre la tierra. (Job 1:9-10). La palabra griega que se traduce en “de balde” es «kjinám» significa “gratuito, sin costo, sin razón.” Es decir, Satanás le estaba diciendo a Dios que Job no podía servir a Dios gratuitamente y sin razón. Satanás asume que Job es fiel a Dios sólo por la “cerca” que tiene a su alrededor, su familia y sus muchos bienes. La palabra que se traduce como “cercado” viene de «suk» que significa “entretener, poner una protección haciendo una muralla“. Fíjate cómo estamos los hijos de Dios: Hay una muralla alrededor de nosotros, de nuestra familia y de nuestros bienes. Dice el Salmista: “El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente.” Si nosotros pudiéramos ver la protección que tenemos alrededor nuestro, tendríamos menos temor a las cosas que hay en el mundo. Pero si Job estaba tan protegido, ¿por qué le pasaron todas esas cosas? Allí precisamente está el tema de la soberanía de Dios. Lo que le estaba diciendo Satanás a Dios es: “No, Job no te sirve gratis. Te sirve porque le das.”. “Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia”. (Job 1:11). La frase “extiende ahora tu mano” en el hebreo quiere decir “¡Déjale caer tu mano encima!”, como cuando uno mata una mosca.

¿POR CONVENIENCIA?

Hoy en día, hay gente que sirve a Dios por conveniencia. Muchos van a la iglesia no para buscar a Dios, sino para ver qué le sacan a Dios: su sanidad, un milagro financiero, arreglar un problema. Éstos concuerdan con la idea de Satanás sobre Job: sólo buscan su ganancia. Pero hay otros que seguimos a Dios no por lo que nos da, como Pablo que dijo “Nada me separará del amor de Dios. Sé tener abundancia y sé tener escasez.” Me dé o no me dé.

Dijo Jehová a Satanás: He aquí, todo lo que tiene está en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre él. Y salió Satanás de delante de Jehová. (Job 1:12 )

¿Qué está haciendo Dios? Le está dando permiso a Satanás de tocar los bienes de Job, un hombre que no había pecado, un varón apartado del mal. ¿Por qué lo permite Dios? La respuesta está en Su soberanía: porque Él tiene propósitos y planes específicos.

Hay otro caso, el del Apóstol Pablo, cuando afirma que “un mensajero de Satanás” lo abofeteaba. Pablo dice haber rogado tres veces a Dios que lo librara, pero la respuesta del Señor es “Bástate de mi gracia.” En medio de la adversidad Pablo recibió la revelación de Dios y se mantuvo humilde. El propósito de Dios con Pablo es librarlo del orgullo. El propósito en el caso de Pedro es hacer que deje de confiar en sí mismo. En el caso de Job es demostrar que un hombre puede mantenerse firme, temeroso de Dios, recto y agradable para el Señor.

DIOS PONE EL LÍMITE

Vimos en el versículo 12 que Dios le pone un límite a lo que el enemigo puede hacerle a Job: que no toque su cuerpo. Dios es el que pone límites, porque Él es soberano.

Y un día aconteció que sus hijos e hijas comían y bebían vino en casa de su hermano el primogénito, (14) y vino un mensajero a Job, y le dijo: Estaban arando los bueyes, y las asnas paciendo cerca de ellos, (15) y acometieron los sabeos y los tomaron, y mataron a los criados a filo de espada; solamente escapé yo para darte la noticia. (16) Aún estaba éste hablando, cuando vino otro que dijo: Fuego de Dios cayó del cielo, que quemó las ovejas y a los pastores, y los consumió; solamente escapé yo para darte la noticia. (17) Todavía estaba éste hablando, y vino otro que dijo: Los caldeos hicieron tres escuadrones, y arremetieron contra los camellos y se los llevaron, y mataron a los criados a filo de espada; y solamente escapé yo para darte la noticia. (Job 1:13-17)

Recuerdo un hombre de la congregación que fue millonario. Viajaba y compraba según los antojos de su corazón, hasta que un día su negocio empezó a perder y llegó a quebrar. La quiebra del negocio fue la herramienta que Dios usó para traer de regreso a aquel hombre a sus pies . “Hoy no tengo nada, pero soy el hombre más feliz de la tierra”, decía.

¿SÓLO PROSPERIDAD?

“Entre tanto que éste hablaba, vino otro que dijo: Tus hijos y tus hijas estaban comiendo y bebiendo vino en casa de su hermano el primogénito; y un gran viento vino del lado del desierto y azotó las cuatro esquinas de la casa, la cual cayó sobre los jóvenes, y murieron; y solamente escapé yo para darte la noticia”. (Job 1:18-19). En la Biblia no hay otro caso de sufrimiento como el de Job, salvo el de Jesucristo. Primero, Dios permitió que Job perdiera sus bienes; luego, que murieran sus hijos. Todo, a pesar de que se trataba de un hombre íntegro, honesto, recto y temeroso de Dios. La Doctrina de la Prosperidad, tan extendida en nuestros días, es un engaño, pues promete a la gente que, si se entrega a Cristo, le irá bien en su negocio, en sus finanzas y en otras muchas cosas que no necesariamente son lo que Dios tiene preparado para cada persona. Quienes enseñan estas cosas leen dos o tres versículos fuera de contexto y no presentan el panorama entero de la Biblia. La verdad es que la vida Cristiana es a veces de abundancia, pero también a veces de escasez. Salomón dijo “Hay tiempo de tener, tiempo de no tener. Tiempo de comer y tiempo de no comer. Tiempo de danzar, tiempo de llorar. Todo tiene su tiempo en esta vida.” Jesucristo mismo dijo “en el mundo tendrán aflicciones, pero confíen, yo he vencido al mundo”.El problema es cuando alguien a quien se le ha predicado esta Doctrina de la Prosperidad le empiezan a venir las pruebas, asombrado, no sabe cómo responder. Los que no creen se burlan de su falta de prosperidad y de su fe. Pero alguien entendido en la Palabra de Dios reacciona diferente, entiende que Dios es soberano.

TODO ES DE DIOS

“Entonces Job se levantó, y rasgó su manto, y rasuró su cabeza, y se postró en tierra y adoró”. (Job 1:20). Job entró en luto, se rasgó su manto y se rasuró la cabeza según las costumbres orientales. Pero qué espectacular es observar el momento en que, postrado en tierra, Job adoró. ¡En medio de la tragedia, luego de quitarle sus Mercedes-Benz, sus ovejas y aún a sus diez hijos, Job adoró a Dios! Esto es un verdadero Cristiano: uno que sabe que todo es de Dios y que si Dios se lo dio, también se lo puede recoger. Es esa clase de cristiano que sabe que Dios le dio un esposo, esposa, hijos… pero ¿y si Dios se los pide? Nosotros no queremos que se nos mueran los familiares, pero… ¿estarías dispuesto a que Dios te los pida?.

¿Han escuchado el poema de las huellas? (Ver poema a la derecha). A mí me ha ministrado mucho este poema, el cual refleja la queja de alguien que durante la prueba, en lugar de ver dos pares de huellas sobre la arena, veía sólo una y decía ¿Señor, me abandonaste? Dios le responde, “no, en esos días yo te cargaba.”

Dios nunca nos deja. Es una confianza que hemos de tener.

HUELLAS
  • Una noche un hombre tuvo un sueño. 
  • Él soñaba que recorría la playa con el SEÑOR. 
  • A través del cielo pasaban las escenas de su vida. 
  • Para cada escena, él notó que se marcaban dos pares de huellas en la arena; un par le pertenecían a él, y el otro par pertenecían al SEÑOR. 
  • A medida que las escenas pasadas de su vida desfilaban ante él, volteaba la mirada hacia las huellas en la arena y noto que muchas veces, a lo largo del recorrido por la playa, en la arena solo veía un par de huellas. 
  • También notó que esto ocurría en los momentos más amargos y tristes de su vida. 
  • Esto realmente lo desconcertó y pregunto al SEÑOR: 
  • “SEÑOR, Tú dijiste una vez, cuando decidí seguirte, que recorrerías a mi lado el camino de la vida, 
  • Pero he notado que durante las épocas más amargas de mi vida, 
  • Hay solamente un par de huellas. 
  • ¡No entiendo! … 
  • ¿Por qué cuando más te necesité… me dejaste solo? 
  • El SEÑOR contestó… 
  • “Hijo mío, te amo y nunca te dejé solo. 
  • Durante las épocas de amargura y sufrimiento que viviste, cuando ves solamente un par de huellas… 
  • No caminabas solo… 
  • Era yo que te llevaba en mis brazos.” 

EL AUTOR INTELECTUAL

Luego de que Job adora a Dios, una frase nos muestra su conocimiento de la soberanía de Dios: y dijo: “Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito”. (Job 1:21). Es decir, no trajimos nada a este mundo y sin duda no nos llevaremos nada. Hay una realidad: ¿A quién le pertenece todo? ¡A Dios! ¡Hasta los zapatos que tienes puestos! “Dios me dio, Dios me quitó”. ¿Recuerdan a quién le atribuyó José sus “desgracias” en Egipto? ¡A Dios! Estos hombres conocían la soberanía de Dios.

Los falsos maestros van a decir esto: “Es verdad que Dios se lo dio, pero es mentira que Dios se lo quitó… eso lo hizo el Diablo.” Sí, es cierto que fue el Diablo quien se lo quitó, pero fue Dios quien le dio permiso. Dios fue el autor intelectual. Dios estaba detrás de todo el asunto.

¿ATAR A SATANÁS?


¿Por qué Job no “ató” al Diablo? Cuando Pablo era atribulado por un mensajero de Satanás, ¿por qué no convocó a todos los discípulos a una “noche de guerra espiritual”? Cuando Jesús le dijo a Pedro que Satanás lo iba a zarandear, ¿por qué Pedro no lo “ató”? Porque tal doctrina, la de atar al demonio, ¡no es Bíblica! Nunca vemos en la Biblia que los discípulos ataran al demonio. Yo tengo 20 años escuchando a los hermanitos que “ataron” al “demonio del narcotráfico” y ahora el tráfico de drogas está cinco veces peor.

Puedes atar a todos los demonios que quieras… con nudo ciego, nudo marinero o nudo ranchero; pero nada harás. Con tantas oraciones atando al enemigo, ya este mundo sería más tranquilo que el Edén. No funciona. El Demonio anda tan suelto como siempre. Lo que debemos de saber los hijos de Dios es que aún Satanás es un instrumento a quien Dios le pone límite y al cual incluso usa para cumplir Sus propósitos. Ese es el Dios al que servimos, quien tiene control y dominio absolutos, el Dios soberano de la Biblia. No podemos justificar a Dios diciendo “Dios lo hizo por tal o por cual razón” ¨¡No! ¡Dios lo permitió y punto!

¿DIOS ES CULPABLE?

En todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno. (Job 1:22)

Dice la Biblia que, en medio de su tragedia, Job no pecó. En esta Escritura la palabra “pecó” viene del Hebreo «kjatá» que significa ‘cometer falta, culpar y condenar.’ Es decir, en todo esto que le sucedió, Job no cometió falta ni culpó ni condenó a nadie, y menos a Dios. Hoy se enseña en muchas congregaciones que las personas perdonen a Dios por haber permitido que sucediera cierta ‘maldad’ en su vida. ¿De dónde sacaron esos maestros que ahora ‘Tú’ tienes que perdonar a ‘Dios’?. ¿Ahora resulta que tú eres más bueno que Dios? ¡Eso es blasfemia! ¿De dónde salió eso? ¡Pura psicología humana! Yo siempre he leído en la Biblia que nosotros somos los pecadores y Él es Él quien nos perdona. Él es santo, bueno y justo. Cuando dice que Job “ni atribuyó a Dios despropósito alguno”, aparece la palabra hebrea «natán» que significa ‘arremeter, señalar, hacer un culpable, poner el rostro en contra de’. Eso fue precisamente lo que hizo el profeta Natán cuando señaló a David como culpable del pecado contra Betsabé y Urías.

¿Qué es lo que siempre reclaman los que no entienden? “Dios, ¿por qué si eres amor, permitiste el Tsunami?” En este pasaje significa que Job noarremetió contra Dios, no señaló a Dios, no hizo culpable a Dios, no tenía amargura contra Dios y mucho menos “perdonó a Dios”.Job adoró a Dios aceptando el propósito soberano de Dios. Ciertamente él no entendía por qué le habían venido todos aquellos males, pero creía en la soberanía y en la bondad de Dios. Es verdad que en cierto momento Job se lamentó de haber nacido, dijo que habría mejor ser abortado que haber nacido en esta tierra. Mas lo decía porque estaba en una situación terrible. Pero observemos que Job maldijo el día en que nació, pero nunca maldijo a Dios.

SIGUIÓ LA RUINA DE JOB

Aconteció que otro día vinieron los hijos de Dios para presentarse delante de Jehová, y Satanás vino también entre ellos presentándose delante de Jehová. (2) Y dijo Jehová a Satanás: ¿De dónde vienes? Respondió Satanás a Jehová, y dijo: De rodear la tierra, y de andar por ella. (3) Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal, y que todavía retiene su integridad, aun cuando tú me incitaste contra él para que lo arruinara sin causa? (Job 2:1-3)

Dios dice que Job todavía retenía su integridad. Dios sigue complacido de Job, quien se mantiene firme en su fe en medio de su ruina.

Respondiendo Satanás, dijo a Jehová: Piel por piel, todo lo que el hombre tiene dará por su vida. (Job 2:4)

‘Piel por Piel’ en la versión Dios Habla Hoy aparece como “Mientras no lo tocan a uno en su propio pellejo, todo va bien.” Satanás le está diciendo algo como “si le tocas ahora su salud, Job sí iba a blasfemar.” Pero extiende ahora tu mano, y toca su hueso y su carne, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia. (6) Y Jehová dijo a Satanás: He aquí, él está en tu mano; mas guarda su vida. (Job 2:5-6)

Dios dejó a Job en manos de Satanás. Esto no debe de darnos temor, sino confianza porque nada escapa del control de Dios. Entonces salió Satanás de la presencia de Jehová, e hirió a Job con una sarna maligna desde la planta del pie hasta la coronilla de la cabeza. (8) Y tomaba Job un tiesto para rascarse con él, y estaba sentado en medio de ceniza. (9) Entonces le dijo su mujer: ¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete. (Job 2:7-9). ¡Qué mujer ésta! ¿Cómo no fue a ella a quien le cayó la casa encima?, podríamos decir desde la perspectiva de nuestra propia justicia. Job le responde en el versículo 10 “¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos?” ¿Recibiremos la abundancia y no la escasez? ¿Recibiremos la bonanza… y la prueba no? ¡No! La Biblia dice que “en todo esto no pecó Job con sus labios.”

MAYOR COMPRENSIÓN

La historia finaliza con Job teniendo una mayor comprensión de quién es Dios.

Respondió Job a Jehová, y dijo: (2) Yo conozco que todo lo puedes, Y que no hay pensamiento que se esconda de ti. (3) ¿Quién es el que oscurece el consejo sin entendimiento? Por tanto, yo hablaba lo que no entendía; Cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía. (4) Oye, te ruego, y hablaré; Te preguntaré, y tú me enseñarás. (5) De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven. (6) Por tanto me aborrezco, Y me arrepiento en polvo y ceniza. (Job 42:1-6 )

Y el final de Job se registra en el versículo 12 cuando Dios le duplica los bienes perdidos y le llena de años de felicidad. Este pasaje nos recuerda Romanos 8 cuando dice que “…todas las cosas ayudan a bien…”

Y bendijo Jehová el postrer estado de Job más que el primero; porque tuvo catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil asnas, (13) y tuvo siete hijos y tres hijas. (14) Llamó el nombre de la primera, Jemima, el de la segunda, Cesia, y el de la tercera, Keren-hapuc. (15) Y no había mujeres tan hermosas como las hijas de Job en toda la tierra; y les dio su padre herencia entre sus hermanos. (16) Después de esto vivió Job ciento cuarenta años, y vio a sus hijos, y a los hijos de sus hijos, hasta la cuarta generación. (17) Y murió Job viejo y lleno de días. (Job 42:12-17)

Este es nuestro final: recibir el doble. Vamos hacia una eterna gloria con nuestro Señor Jesucristo, pero es necesario que aquí padezcamos por un corto tiempo para ser perfeccionados, hechos sólidos, establecidos y afirmados.

PUBLICADO POR: FRANCISCO PORTILLO
Soy una persona dependiente de la gracia y la fortaleza de Dios desde que reconocí que sin él no soy absolutamente nada, Jesús se ha convertido en mi caminar y en el centro de toda mi existencia, todo se lo debo a él.
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