Estando
ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.
Romanos
5:9
[Somos]
justificados gratuitamente por su gracia, mediante
La redención
que es en Cristo Jesús.
Romanos
3:24
Concluimos,
pues, que el hombre es justificado Por fe sin las obras de la ley.
Romanos
3:28
El ser justificados ante Dios y el ser
perdonados por Dios no es lo mismo. Ser justificado en un tribunal no es lo
mismo que ser perdonado. Ser perdonado entraña que soy culpable y que mi delito
no se cuenta. Ser justificado implica que he sido juzgado y hallado inocente.
Mi demanda es justa. Estoy vindicado. El juez dice, «Inocente».
La justificación es un acto legal.
Significa declarar que alguien es justo. Es un veredicto. El veredicto de
justificación no hace justa a una persona. Declara justa a una persona. Se basa
en que alguien
Realmente es justo. Podemos ver esto con
mayor claridad cuando la Biblia nos dice que, en respuesta a las enseñanzas de
Jesús, el pueblo «justificó» a Dios (Lucas 7:29). Esto no quiere decir que hicieron
a Dios justo (puesto que Él ya lo era). Significa que declararon que Dios es justo.
El cambio moral que experimentamos cuando
confiamos en Cristo no es justificación. La Biblia usualmente lo llama
santificación, el proceso de llegar a ser bueno. La justificación no es ese proceso.
No es ningún proceso. Es una declaración que ocurre en un momento. Un
veredicto: ¡Justo! ¡Recto!
La manera ordinaria de ser justificado en
un tribunal humano es guardar la ley. En ese caso el jurado y el juez
sencillamente declaran lo que es cierto en usted: Usted guarda la ley. Eso lo
justifica. Pero ante el tribunal de Dios, no hemos guardado la ley. Por lo
tanto, en términos ordinarios, no tenemos esperanza de ser justificados. La Biblia
aun dice, «El que justifica al impío... [Es] abominación a Jehová» (Proverbios
17:15). Y aún más, sorprendentemente, a causa de Cristo, también dice que Dios
«justifica al impío», que confía en su gracia (Romanos 4:5). Dios hace lo que
parece abominable.
¿Por qué esto no es abominable? O, Según la
Biblia dice, ¿cómo puede Dios ser «justo y, a la vez, el que justifica a los
que [simplemente] tienen fe en Jesús?» (Romanos 3:26). No es abominable que Dios justifique al impío que confía en él,
por dos razones. Una es que Cristo derramó su sangre para cancelar la culpa de nuestro
delito. Así, pues, dice «Hemos sido justificados por su sangre» (Romanos 5:9).
Pero eso es solo la remoción del pecado. No nos declara justos. Cancelar
nuestros fracasos en mantener la ley no es lo mismo que declararnos guardadores
de la ley. Cuando un maestro cancela de la lista un examen que obtuvo F, no es
lo mismo que declararlo A. Si el banco fuera a perdonarme las deudas en mi
cuenta, no sería lo mismo que declararme rico. Así también, cancelar nuestros
pecados no es lo mismo que declararnos justos. La cancelación debe ocurrir.Esto es esencial a la justificación. Pero
hay más. Existe otra razón por la que no es abominable que Dios justifique al
impío por la fe. Para eso vamos al siguiente capítulo.
Fuente: La Pasión de Jesucristo (John Piper)
Encuentra el mensaje Anterior en el siguiente enlace: Para el Perdon de nuestros Pecados
Encuentra el mensaje Anterior en el siguiente enlace: Para el Perdon de nuestros Pecados
PUBLICADO POR: FRANCISCO PORTILLO
Soy una persona dependiente de la gracia y la fortaleza de Dios desde que reconocí que sin él no soy absolutamente nada, Jesús se ha convertido en mi caminar y en el centro de toda mi existencia, todo se lo debo a él.Si has encontrado útil este artículo puedes compartirlo desde tu blog, página Web o foro.
0 comentarios:
Publicar un comentario