lunes, 3 de noviembre de 2014


Diversas problemáticas sobre salud reproductiva, derechos de la mujer y el creciente número de embarazos en adolescentes están generando discusiones a todo nivel. Se ha propuesto que una de las soluciones sea la libre distribución de la "anticoncepción de emergencia" en forma de pastillas o dispositivos. La aceptación o rechazo de éstos depende del grado de información científica que tengan la población y los médicos, de las filosofías de vida, o incluso de la influencia de algunos intereses económicos.

Aunque la hormona levonorgestrel es una comúnmente usada, existen otros tipos de hormonas en forma de pastillas anticonceptivas de emergencia (PAE) o píldoras del día después. Su uso en las primeras horas o días tras la relación sexual sin protección pretende prevenir un embarazo no deseado. Se ha informado que su uso "correcto" reduce la posibilidad de embarazos entre 60% a 80%. El fallo puede ser muy significativo, pues 4 de cada 10 chicas que la toman podrían salir embarazadas.

Según el día del mes que se tome la PAE levonorgestrel, puede impedir la liberación del óvulo por el ovario y en menos casos podría cambiar la calidad de las secreciones cervico-uterinas que facilitan el paso de los espermatozoides. Sin embargo, existen investigaciones serias que muestran que dicha PAE podría impedir la implantación del embrión en el útero. Aunque se le llama anticonceptiva puede tener efecto pos conceptivo. Por su controversia, esa parte de las investigaciones han sido calindas y suprimidas.

El bajo número de estudios laboratoriales sobre la PAE levonorgestrel y sus problema» (le poder metodológico contrastan con las grandes afirmaciones que niegan su potencial abortivo. La falta de financiamientos para investigación imparcial y las dificultades éticas de investigar con embriones humanos dificultan la abundancia de evidencia que caracteriza a otras investigaciones en farmacología. La literatura científica también revela que otras PAE con otras hormonas y los dispositivos intrauterinos de emergencia tienen la capacidad de evitar la adhesión del embrión a la pared uterina.

Para algunos, el debate sobre un efecto abortivo de las PAE se alivia con el concepto de que la concepción inicia en el momento de la implantación y no cuando se unen óvulo y espermatozoide. Si la vida inicia varios días después de dicha unión, entonces no hay aborto si se impide la implantación. Este juego de palabras y la omisión de la primera semana de la vida buscan resolver la controversia del efecto antiimplantatorio, pero en países donde el aborto es aceptado y legal, lo del efecto abortivo no es obstáculo.

La promoción de la anticoncepción de emergencia se justifica bajo derechos sexuales sin límites y la necesidad de alguna respuesta a la tragedia del abuso sexual. Sin embargo, la liberalización sexual y la promoción de la misma a las menores edades posibles están complicando el panorama de salud. Gomo resultado los presupuestos de salud tienen que invertir no en la prevención si no en las consecuencias, como los abortos clandestinos, las infecciones de transmisión sexual, los embarazos en adolescentes y la enfermedad infantil asociada a la edad joven de la madre. Otras consecuencias son el retraso del desarrollo académico, personal y profesional de los jóvenes convertidos en padres solteros y prematuros, así como otros desenlaces como la mortalidad materna e infantil o el abandono infantil.

Siendo difícil lidiar con los instintos humanos, una salida menos complicada es seguir la tendencia humana, más propensa a aceptar una pastilla que un cambio de comportamiento. Los valores como la abstinencia, la fidelidad y el autocontrol no son populares en esta época de posmodernismo y humanismo. Peligran de ser víctimas del bullying los jóvenes que se atrevan a adoptar esos valores, pero ellos también tienen derecho a abanderarlos. CIENTÍFICAMENTE hay evidencia que expone el potencial anti implantatorio de las PAE y aún la F.D.A. y otras agencias reguladoras de medicamentos en varios continentes mandan que eso se describa en los insertos de los productos. LEGALMENTE el personal de salud puede ejercer su derecho de libre conciencia y a negarse a practicar una medicina que está contra sus principios. MORALMENTE hay cada vez más relatividad sobre lo que es bueno para cada quien, pero las mujeres tienen derecho a la información de mecanismos y efecto secundarios de dichos productos para poder decidir con conocimiento y libres de manipulación. ESPIRITUALMENTE se superpone un mandato divino de respetar la vida esté dentro o fuera de un útero.

Es aceptable el debate respetuoso y responsable, evitando la seudo ciencia que le entrega la autoridad final a la opinión de personas e instituciones y no a la evidencia. Es inaceptable que se presione a los gobiernos a promover medidas contra la conciencia y espiritualidad de sus pueblos como condición para otorgarles financiamientos. Dar información incompleta y minimizada sobre los efectos secundarios hormonales, vasculares y aún oncológicos de las PAE es irresponsable y viola los derechos de las mujeres.

En vez de intervenir "el día después", debemos accionar coherentemente "el día antes", combatiendo y castigando el abuso sexual, previniendo el embarazo en adolescentes y las infecciones de transmisión sexual. Urge brindar acompañamiento cristiano y material a las adolescentes embarazadas y sus niños. Los padres de familia deben cumplir su papel formador con sus hijos. Todos, incluidas las comunidades de fe, deben aportar en la educación sexual, fomentar la paternidad responsable, el verdadero desarrollo de la mujer, la protección del no nacido y la planificación y desarrollo apropiado de las familias.

El "día después" lleva implícito el fallo en la promoción de conductas responsables, y las acciones permisivas de una sociedad que no se sabe gobernar. Ante ésta gran encrucijada, el "día antes" o "el día después", lo mejor que podemos hacer es escoger actuar el "día antes", ya que a la larga, la sociedad saldrá ganando con una juventud más responsable de sus actos y que luego se convertirán en adultos exitosos.

Ora. Reyna Durón Y Dr. Alejandro Oviedo
(Plan A Honduras)
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PUBLICADO POR: FRANCISCO PORTILLO
Soy una persona dependiente de la gracia y la fortaleza de Dios desde que reconocí que sin él no soy absolutamente nada, Jesús se ha convertido en mi caminar y en el centro de toda mi existencia, todo se lo debo a él.

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