viernes, 11 de mayo de 2012

3 Cosas que el Perdón No Es

Posted by Francisco On 11:28 No comments

Por Mark Driscoll

Para los que tienen preguntas sobre el perdón, contestaré las tres preguntas que me hacen más frecuentemente.

1. El perdón no es esperar que la otra persona reconozca su pecado, que pidan perdón, y se arrepientan.
Algunos de Uds. dicen, «Perdonaré al otro tan pronto me digan que están arrepentidos». Puede que nunca lo hagan. ¿Qué tal que se mueran sin pedirte perdón?. Por tanto tu perdón no depende del arrepentimiento de ellos. Al perdonarlos, los estás encomendando al juicio de Dios y estás protegiendo tu propio corazón contra la amargura.

2. El perdón no es algo que se hace una sola vez.
No es, «Bueno, ya perdoné al otro y eso es todo». Porque en realidad podrían volver a hacer lo mismo. En realidad podrías perdonarlos, y algo podría hacer estallar esas emociones otra vez de traición, dolor, o pérdida, y sentirás que, «Como que está volviendo a pasar, me parece que debo perdonarlos otra vez». Puede que aún lo sientas de vez en cuando. Si estás obsesionado(a) por eso, es probable que todavía estés resentido(a), pero si pasa de vez en cuando no significa que no los haya perdonado, solo que necesitas perdonarlos otra vez.
Algunos de Uds. dirán, «¿Acaso Dios no olvida nuestros pecados?». La Biblia dice en el Antiguo Testamento que Dios no vuelve a acordarse de nuestro pecado. Pero eso no quiere decir que Dios tenga mala memoria, Dios sabe todo, lo recuerda todo, es omnisciente, ese es uno de sus atributos. Cuando dice que Dios no se acuerda de nuestro pecado significa que no nos trata a la luz de nuestros pecados, sino a la luz de Jesús, y no hace que ellos sean nuestra identidad.. Al contrario, nos ama y desea relacionarse con nosotros.

3. El arrepentimiento no implica la reconciliación.
Si alguien lo (la) abusó, y esa persona no se arrepintió ni buscó ayuda, no es digna de confianza. Si no han pedido disculpas y no está dispuesta a resolverlo, puede que les tienda una mano amistosa, pero hasta que no se arrepientan, la reconciliación no es posible. El arrepentimiento requiere una persona, el perdón requiere una persona, la reconciliación requiere dos personas.
La meta es hacer lo que nos corresponde, orar por la otra persona. Sabemos que ya no estamos resentidos cuando queremos el bien para ellos, cuando decimos, «Hombre, espero que entiendan. Espero que cambien. Espero que su futuro sea mejor que su pasado»; así sabemos que no estamos amargados, que de veras los hemos perdonado y que los amamos y queremos el bien para ellos, como Dios en Cristo ha sido bueno con nosotros.

Hebreos lo dice así. Hebreos dice que hay que desenterrar la raíz de la amargura. O sea que si están aquí hoy con alguien y pecaron contra ellos, arrepiéntanse delante de ellos. Si Dios les trae alguien a la mente contra quien hayan pecado, y no se encuentran aquí, búsquenlos y arrepiéntanse delante de ellos. Si alguien pecó contra Uds., perdónelo, perdónela. Así es como desenterramos la raíz de la amargura, para que el fruto de la relación sea de vida y no de muerte.

Fuente: http://siguelamatadando.com/

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